miércoles, 5 de mayo de 2010

Capítulo 3

Puse una cara de desconcierto y me paré de un brinco de la cama.

-Auuu!!-. Exclame adolorida, ese maldito dolor de cabeza me estaba matando.

- Si quieres puedo llamarlo y decirle que mejor suba él-.

- No gracias July, me siento bien, solo fue un mareo-. Pero la verdad es que no me sentía bien para pararme de la cama y arreglarme, pero aquella curiosidad de saber que había pasado con mi vida me estaba matando.

-Está bien, el baño ya está preparado, ahorita te traigo tu ropa-.

Me dio mi toalla y me guió hacia el baño. Ella se salió y yo me quedé sin habla. En ese momento el dolor de cabeza desapareció como arte de magia. Todo aquello era precioso, la tina, el lavabo, el espejo, los adornos, todo era maravilloso y aparte tenía un olor de rosas…. Me decidí no perder más el tiempo y bañarme rápido. Me salí y me quise echar un vistazo al espejo. En ese momento me quedé atónita.

-Haaaaaaa!!!!-. grite.

Lo que veía en el espejo ya no era la niña de 15 años que conocía, ahora parecía de 25… Realmente estaba asustada, pero no podía hacer nada…. Gracias a Dios nadie escucho mi grito. Bueno espero que nadie lo haya escuchado…

Me acabé de vestir y me cepille mi cabello, en un tiempo que ni siquiera yo podía creer. –Lo que puede hacer la curiosidad-. Me dije y luego me empecé a reír.

Salí de la habitación, había un pasillo enorme, (como el que narraban en todas las novelas que alguna vez había leído), parecía que nunca iba a acabar de recorrerlo. El pasillo estaba decorado por cuadros de Peter Pan y su fiel amiga campanita. Baje las escaleras y ahí se encontraba July.

-Te llevaré con él-.

Ella me guio hacia un mini coche y me llevo hasta donde él se encontraba.

-Mira, detrás de ese árbol está -.

Y efectivamente, ahí estaba, acostado en la hierba, mirando hacia el cielo.

-Gracias-. Respondí, y sacando fuerzas de quien sabe donde me dirigí hacia el…

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